Los contadores públicos mexicanos se acogen en su campo laboral al CÓDIGO DE ÉTICA PROFESIONAL.
El accionar de todo CPC debe enmarcarse bajo estrictas normas de honestidad que coadyuven a un trabajo humano digno, positivo, responsable, en el complejo mundo de la economía y las finanzas actuales.
Aún cuando existe un marco regulatorio legal, el CPC debe humanamente desempeñarse de acuerdo a una moral intachable que impida un ejercicio ilegal, que inspire confianza en los ciudadanos, con suficiente pericia proveniente de la permanente actualización, orientador de acciones beneficiosas para el colectivo y las empresas.
La ética del CPC impone el secreto profesional, abstenerse de opiniones descalificatorias que perjudiquen a terceros, y la independencia de actuación en su labor.
Este código contempla severas sanciones para quienes sin respeto por la profesión y demás colegas infrinjan con una conducta inapropiada los principios éticos fundamentales.
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